¿Es pertinente el uso del lenguaje inclusivo en la redacción académica? Sin duda, esta es una pregunta que puede suscitar algunos estudios lingüísticos y de su respuesta se lograría generar acuerdos o discrepancias en los distintos grupos que conforman el campo de la academia. Antes de analizar la pertinencia de este tipo de lenguaje en la escritura formal de las universidades o los institutos de enseñanza, se debe entender cuál es su definición, desde cuándo se empezó a hablar de este tema y por qué surgió su uso.
El lenguaje inclusivo o también llamado “no sexista” representa el uso de determinada lengua evitando los sesgos hacia un sexo determinado. Los movimientos feministas son los que encabezan esta propuesta que surge desde la década de los setenta y motivan a los diferentes grupos sociales para que usen este tipo de lenguaje. A pesar de esto, no todos los individuos de la sociedad estamos de acuerdo con el uso de esta forma de expresión de la lengua, especialmente en el ámbito de la academia, es decir, en los documentos oficiales de los directivos, profesores o estudiantes de universidades o centros de enseñanza porque consideramos que dificulta el entendimiento. Por lo consiguiente, dentro de este marco, pienso que el lenguaje inclusivo entorpece la redacción académica provocando una comunicación poco efectiva entre los hablantes.
Una de las formas de manifestación del lenguaje inclusivo es la inclusión de palabras neutras como: “todes”, “arquitecte” y “maestre”. La Real Academia de la Lengua española indicó en su informe sobre el lenguaje inclusivo y cuestiones conexas que: “El uso de la @
o de las letras «e» y «x» como supuestas marcas de género inclusivo es ajeno a la morfología del español, además de innecesario, pues el masculino gramatical ya cumple esa función como término no marcado de la oposición de género”. Cuando se indica que el masculino es el término no marcado hace referencia a que los sustantivos masculinos no solo se pueden utilizar para referirse a los individuos de ese sexo, sino también a todos los individuos, incluyendo, por supuesto a las mujeres, es decir, sin distinción de sexo.
Por otro lado, la inclusión de palabras que reemplazan vocales por “x” o por “@” impide la pronunciación de las palabras al momento de leer el texto académico, en efecto,
¿cómo se pronuncia “todxs”? Esto genera mayor dificultad para entender lo que desea expresar el hablante. Según el diario La Tercera: “El lenguaje inclusivo tiene varios formatos y, al no existir un documento oficial, depende netamente del criterio del emisor”. En consecuencia, la confusión que se genera a partir de un lenguaje subjetivo es peligrosa ya que cada persona podría “crear” palabras cuyos significados y pronunciaciones serían inconsistentes.
En conclusión, el lenguaje inclusivo afecta la comunicación eficaz de los hablantes en el contexto de la academia, produciendo confusión en la intención de los textos, reemplazando letras por signos y omitiendo la función del género masculino como término no marcado. Será importante que los integrantes del mundo académico conozcan a profundidad las funciones y fundamentos de la gramática y la lingüística, de esta forma la comunicación entre los miembros de la comunidad educativa será más efectiva.
Referencias bibliográficas:
Real Academia Española. Informe de la Real Academia Española sobre el lenguaje inclusivo y cuestiones conexas. En RAE https://www.rae.es/sites/default/files/Informe_lenguaje_inclusivo.pdf (Fecha de consulta: 24 de junio de 2021)
Torres, Pablo. ¿Por qué discrepo del lenguaje inclusivo?. En La nación. https://www.nacion.com/opinion/foros/por-que-discrepo-del-lenguaje-inclusivo/Y6OJULSDAFAEXAHNQPBPJGTWHI/story/ (Fecha de consulta: 24 de junio de 2021)
Una forma muy didáctica de abordar este tema del lenguaje inclusivo que, como lo menciona el escrito, entorpece la fluidez del idioma y que al final no cumple una función específica. Excelente.